La segunda temática de la exposición, también de dos horas, era sobre personas con drogodependencia. Isa, Ana, Patri y Maleni aprovecharon las dos horas optando por un comienzo dinámico.
Repartieron varias cartulinas de colores: amarillo (alcohol), verde (cannabis), azul (éxtasis) y rosa (cocaína). Cada uno nos agrupábamos en función de la tarjeta que se nos había repartido. Yo pertenecía al rosa, y se nos dejó un tiempo para pensar en todas aquellas cosas que conocíamos con respecto a la droga correspondiente y por grupos establecer una lluvia de ideas en la pizarra. En nuestro caso sacamos ideas como: procede de una planta, es ilegal, comercialización alterada, desinhibe los efectos del alcohol, es cara, se suele comercializar como polvo blanco, puede ser fumada, esnifada o inyectada, la consumen diferentes clases sociales, imposibilita las erupciones, preferentemente consumida por jóvenes y actualmente de moda.
Me di cuenta tras ver las palabras clave que sacaron los grupos que no tengo mucha idea sobre lo que a droga se refiere, a pesar de haberla visto, probado (alguna) y estar rodeada de algunas personas mucho más puestas en materia que yo. Después de esta dinámica, nos mostraron un video explicando estas drogas, lo que ratificó este hecho de mi desconocimiento sobre la amplísima gama de drogas que hay en el mercado, y de las que yo ni siquiera he oído hablar.
La gravedad y mayor riesgo de estas drogas es la contraposición con respecto a los efectos que su consumo produce. Podemos encontrarnos con los efectos a corto plazo: desencadena en un proceso satisfactorio, de desinhibición, euforia. Es un elemento reforzador para el consumo continuado. Mientras que los efectos a largo plazo irían relacionadas con algunas psicopatologías, como la esquizofrenia, produciéndose una perjudicial situación de dependencia.
En cuanto a la tipología y definición, se detuvieron explicando las no vistas en el vídeo, es decir, los opiáceos y alucinógenos, por ejemplo, algo de lo cual yo no había sido capaz de hablar. Pero más concretamente hablaron dos tipos de droga muy modernos y que apenas conocemos, la metanfetamina cristalina y el ácido a través del ojo. Lo que está claro es que ya hay drogas de todo tipo, y cada cual más perjudicial y potente en contra de la salud misma. Es decir, paradójicamente, en la actualidad el propio ser humano genera sustancias para acabar consigo mismo, como es el caso de la metanfetamina. El video que nos tenían preparados explicaba perfectamente esto de lo que hablo. Se trata de la droga más peligrosa del mundo. Una droga muy barata y tres veces más fuerte que los efectos mismos que produce la cocaína. Tiene que llevarse a una situación límite en alguna circunstancia para consumir esta auténtica bomba de relojería. En EEUU no puede controlarse esta droga porque puede ser fabricada en casa, lo cual es aún más espeluznante. Es muy insidiosa, no hay nadie que se quede igual después de consumir esta droga que “destroza todo lo que toca”. No existe droga que dañe tanto. Se fuma, se inyecta, se traga…para todos los gustos. Sientes que tienes super poderes, cuando estás metiendo metralla a tu propio cuerpo. Precisamente por eso no soy de la opinión de “hay que probarlo todo en este mundo”.
En cuanto a la situación de las personas drogodependientes, nos encontramos con que, en lo referente a lo familiar, suele producirse la pérdida de la tutela de los hijos y un alto porcentaje permanece en la familia de origen como único apoyo incondicional con el que cuentan, el más sufridor. En cuanto a la salud, podemos toparnos con enfermedades tales como el Sida, la hepatitis o la tuberculosis producto de contagios con bastante facilidad en este contexto. La situación económica estaría relacionada con unos ingresos basados en las pensiones, prestación por desempleo o economía sumergida (si es que la situación no límite y carecemos de dichos ingresos). Aún así, todo esto son datos generalizados que no representan la realidad en su totalidad, lo que es una generalización vaya.
En cuanto a la edad, no existe un perfil establecido, sino que dependería más bien de las circunstancias personales y el tipo de droga del que estamos hablando. El tabaco sería la droga más demandada, mientras que el alcohol estaría en quinto lugar, por detrás de cannabis y heroína, por ejemplo. Dato realmente espeluznante, tanto que me cuestiono si eso puede ser real!
En cuanto a la situación de las personas drogodependientes, nos encontramos con que, en lo referente a lo familiar, suele producirse la pérdida de la tutela de los hijos y un alto porcentaje permanece en la familia de origen como único apoyo incondicional con el que cuentan, el más sufridor. En cuanto a la salud, podemos toparnos con enfermedades tales como el Sida, la hepatitis o la tuberculosis producto de contagios con bastante facilidad en este contexto. La situación económica estaría relacionada con unos ingresos basados en las pensiones, prestación por desempleo o economía sumergida (si es que la situación no límite y carecemos de dichos ingresos). Aún así, todo esto son datos generalizados que no representan la realidad en su totalidad, lo que es una generalización vaya.
En cuanto a la edad, no existe un perfil establecido, sino que dependería más bien de las circunstancias personales y el tipo de droga del que estamos hablando. El tabaco sería la droga más demandada, mientras que el alcohol estaría en quinto lugar, por detrás de cannabis y heroína, por ejemplo. Dato realmente espeluznante, tanto que me cuestiono si eso puede ser real!
Introduciéndonos en el campo del tratamiento con la drogodependencia, decir que el plan andaluz sobre drogas contempla varios servicios, diferenciando entre programas de mantenimiento por metadona y otros que no emplean dicha metodología. Al margen de esto, señalar que en l tratamiento destacan las comunidades terapéuticas como son Proyecto Hombre, Reto y Poveda.
Llegados a este punto, comentaré que tuve la gran suerte de realizar un curso sobre personas con drogodependencias, en un principio no porque el colectivo me llamase especialmente la atención, sino porque no tenía ningún conocimiento sobre ello, se presentó la oportunidad y me vi motivada para ello. No me arrepiento para nada, porque fue una experiencia única. Estuve junto a otros compañeros yendo voluntariamente al centro terapéutico de Poveda. Allí básicamente se fomentaba la responsabilidad de cada uno a través de asumir una serie de cargos en función de los progresos de cada uno y el tiempo (en meses, no más) que llevaban dentro de la comunidad. Jugábamos al pingpong con ellos, hacíamos dinámicas de confianza como darnos de comer a la boca entre nosotros, cultivaban un huerto, y trabajábamos mucho la autoestima. Muchos de nosotros salíamos de ahí llorando y con ganas de volver. Observé cómo se dirigían hacia nosotros como personas “normales”, como si ellos no fueran así. Desde luego que les dejábamos claro que ellos son exactamente iguales que nosotros, con la única diferencia de que no compartíamos las mismas circunstancias, que era lo que les habían llevado a ellos a esa situación. Ellos se mostraban muy agradecidos, aunque parecía que no terminaban por creérselo, y nos confesaban que les alegraba mucho que viniese gente de fuera a compartir nuestro tiempo con ellos. Recuerdo que el primer día que me dirigí a ellos se me pusieron los ojos lagrimosos cuando les expliqué que para nosotros también era una suerte estar con ellos, porque nos enseñaban incluso más de lo que nosotros podíamos hacer. Esa satisfacción que te transmitían al sentirse útiles ha sido una de las cosas más emotivas que he vivido yo nunca, y lo recuerdo con gran cariño. Allí había desde personas que habían sido maltratadas, hasta una deportista que consumía heroína y era anoréxica, un hombre homosexual que por ciertas causas tuve que casarse obligadamente con una mujer y sufrir el rechazo de todo su entorno por su verdadera orientación sexual, hasta un exrecluso o una persona alcohólica cuya familia no quería saber nada de él.
Con esto quiero decir que no debemos dárnoslas de justicieros ni etiquetar sin saber qué es lo que envuelve a esa persona para que haya llegado a una situación de dependencia. Lo que debemos es trabajar en la prevención (en la educación está la prevención) y tratar con estas personas garantizándoles el afecto y la comprensión de buenas formas que tan a gritos piden. No sé, quizás soy muy subjetiva con este tema, pero este colectivo necesita de un enorme apoyo para superar esa situación, tanto a través del rol de profesional y sobretodo como personas que somos.
Con esto quiero decir que no debemos dárnoslas de justicieros ni etiquetar sin saber qué es lo que envuelve a esa persona para que haya llegado a una situación de dependencia. Lo que debemos es trabajar en la prevención (en la educación está la prevención) y tratar con estas personas garantizándoles el afecto y la comprensión de buenas formas que tan a gritos piden. No sé, quizás soy muy subjetiva con este tema, pero este colectivo necesita de un enorme apoyo para superar esa situación, tanto a través del rol de profesional y sobretodo como personas que somos.
UnSaludo.
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