jueves, 10 de junio de 2010

[PersOnas MayOres*]

Senectud, mayores, segunda juventud, vejez o quinta edad son términos referidos a evitar la discriminación en torno a este colectivo, y han terminado por impregnarse muchos de ellos de los mismos prejuicios que connota la palabra "anciano".
La exposición de personas mayores fue bastante rápida. Se desarrolló después de la temática de Aulas Hospitalarias del M2, la cual decidí unir a la exposición del M1, que giraba en torno a lo mismo. Decir que en ella se abordó la situación actual del país en cuanto al crecimiento progresivo de este colectivo. Como sabemos, debido al aumento de la esperanza de vida y la baja natalidad, la población mayor duplica la de los jóvenes. Esto se contradice con la exclusión que sufren nuestros mayores, que parecen ser inertes, los restos de lo que un día fueron y ya no son. Qué triste para aquellos que piensan así. Por suerte, cada vez se apuesta más por un envejecimiento activo de estas personas que ven en la jubilación no un problema sino una oportunidad para vivir y aprovechar el tiempo. De ahí nace la idea de crear las aulas para mayores, en las que se desarrollan talleres y actividades con ellos que les permiten aprender, divertirse y relacionarse. No es una manera de mantenerlos ocupados para que no estorben, ni mucho menos, sino que es un recurso accesible a todos ellos y para ellos, porque tienen el derecho a tenerlo, y es nuestra obligación dedicarles algo que se merecen. Es una manera de prevenir caer en uno de los factores de riesgo más potentes que hay en la sociedad, y no sólo para ellos, sino para todos: la soledad.


Hemos pasado del modelo de familia patriarcal en la que los abuelos vivían con los hijos y los nietos y existían grandes espacios para dialogar, a la familia nuclear, pequeña, de ritmo intenso y exclusora de los.Además, estamos frente a un aumento del abandono familiar de personas que no pueden hacerse cargo de sus mayores y les internan en residencias para que el Estado lleve sus cuidados. No me detendré en esto porque ya profundicé en una de las primeras entradas, pero bien es cierto que el número de personas dependientes también está subiendo como la espuma, y la familia ve imposibilitada conciliar los cuidados de esta persona mayor con su trabajo. Por eso dicen que el campo de los mayores es aquel que se nos presenta más accesible cuando terminemos la carrera.

Leyendo y leyendo he encontrado un programa que tiene actividades muy favorecedoras a trabajar con los mayores y beneficiosas para todos:

-En aspectos relacionados con la salud física y mental, la vejez y el proceso de envejecimiento, el fortalecimiento de las relaciones familiares y la sana convivencia para el adulto mayor y la familia.

- Programa de cuidadores familiares y cuidadores informales dirigidos a la familia de los adultos mayores y a la comunidad en general.

- Escuela de nietos e hijos: la cual busca mejorar la convivencia familiar, las relaciones entre las generaciones y generar cultura ciudadana frente al Adulto Mayor.

- En cuanto la salud se benefician puesto que tienen una consulta medica de ingreso y asesoría Fisioterapéutica.

- A través de la recreación los adultos mayores desarrollan distintas actividades como encuentros Culturales, actividades de extensión cultural, turismo social, terapia ocupacional, talleres grupales recreativos.

- En la gimnasio de mantenimiento realizan las siguientes actividades: acondicionamiento físico en el gimnasio, natación, hidroaerobicos, Yoga y Tay-chi, baile Recreativo, club de caminantes y gimnasia.


.SOMOS NOSOTROS LOS QUE DEBEMOS DESVIVIRNOS POR ELLOS.

Os dejo con un Cuento de los Hermanos Grimm

"Había una vez un pobre muy viejo que no veía apenas, tenía el oído muy torpe y le temblaban las rodillas. Cuando estaba a la mesa, apenas podía sostener su cuchara, dejaba caer la copa en el mantel, incluso algunas veces se le escapaba la baba.

La mujer de su hijo y su mismo hijo estaban muy disgustados con él, hasta que, por último, le dejaron en un rincón de un cuarto, donde le llevaban su escasa comida en un plato viejo de barro. El anciano lloraba con frecuencia y miraba con tristeza hacia la mesa. Un día se cayó al suelo, y se le rompió la escudilla que apenas podía sostener en sus temblorosas manos. Su nuera le llenó de improperios a los que no se atrevió a responder, y bajó la cabeza suspirando. Le compraron entonces una tarterilla de madera, en la que se le dio de comer de allí en adelante.

Algunos días después, su hijo y su nuera vieron a su niño, que tenía algunos años, muy ocupado en reunir algunos pedazos de madera que había en el suelo.

- "¿Qué haces?", preguntó su padre.

- "Una tartera, contestó, para dar de comer a papá y a mamá cuando sean viejos."

El marido y la mujer se miraron por un momento sin decirse una palabra. Después se echaron a llorar, volvieron a poner al abuelo a la mesa; y comió siempre con ellos, siendo tratado con la mayor amabilidad".

No hay comentarios:

Publicar un comentario