El día del conflicto. Por motivos personales de los que no se desean a nadie, Almudena, la profesora del otro grupo, no podía continuar impartiendo sus clases. La polémica surgió cuando se empezaron a buscar alternativas para afrontar esta situación nueva y evidentemente imprevista. El resultado final fue reducir el tiempo de exposición a una hora, para que así pudiesen exponer un grupo de cada clase por día y no perder el ritmo de clases en la medida de lo posible, aunque esto limitase los contenidos a trabajar en las exposiciones y nos obligaba a adoptar nuestra exposición a esta nueva metodología. Por tanto, se retrasaban una semana las exposiciones. Pero la polémica no se genera por eso, de hecho mejor así bajo mi punto de vista, ya que esto nos permitía ver los trabajos de más compañeros; el conflicto estaba en lo que esto implicaba, es decir, que debíamos reflejar en nuestro blog dos exposiciones por clase en lugar de una, y esto requería más trabajo e implicación por parte de todos. En definitiva, gajes del oficio, nada importante.
Al lío. Después de discusiones y veredictos, el grupo de la otra clase fue el asignado para exponer ese día, por lo que las compañeras de nuestro grupo que llevaban preparado el tema de inmigración quedaban relegadas a la semana siguiente. Su temática giraba en torno a las personas mayores, y escogieron una dinámica a lo largo de la exposición diferente a las exposiciones anteriores. Simularon un telediario, y los compañeros (presentadores) iban dando paso a los videos que tenían preparados por ellos mismos como si fuesen reporteros. Me parece una forma amena de exponer, pero para un rato, puesto que el audio no es que fuese de lo mejorcito, y en ocasiones costaba entender lo que decían, pero tampoco quiero desmerecer ni mucho menos el trabajo porque la verdad es que estaba bastante currado, y fue divertido verles a pesar de tener que agudizar la oreja durante toda la exposición.
Contaron con la colaboración de otros compañeros de su grupo para participar en los videos, y ellos mismos nos hablaron sobre los prejuicios que hay en torno a las personas mayores, los cuales tanto hemos comentado en varias ocasiones, sobre todo aquellos que tuvimos la optativa de Psicología de la Vejez en el primer cuatrimestre (viejos, inútiles, poco eficientes y prácticos, deshechos…). Tras esto, nos mostraron un corto que reflejaba este contenido: trataba sobre una señora mayor que de joven era famosa y rica; ahora su familia vive a costa de su dinero y ella está metida en una residencia). Es un tópico que se da, pero ya daré mi opinión al respecto un poco más adelante.
Es importante tener en cuenta que en un futuro cercano el número de mayores se duplicará, lo que contradice con el concepto negativo que erróneamente han adoptado algunas personas. Aunque se está progresando, aún se dan muchos contextos de marginación, y ellos mismos lo saben o peor aún, ellos mismos se creen una mala imagen sobre ellos mismos. Esto se nos mostró en un corto tristísimo que la verdad, me puso mal cuerpo al ver: “Para la sociedad no somos importantes”, “nadie se acuerda de mí”, “jóvenes como yo un día caminan al otro lado de la verja; al otro lado de la verja está la vida, en este lado lo que la sociedad no quiere”. No me gustaría volver a verlo.
Tratan las causas de la marginación refiriéndose al aislamiento social de las personas mayores, los factores especiales psicológicos o de salud, las variaciones del ciclo vital (muerte de conocidos) o que ellos mismos se vean personas estigmatizadas. Son personas que muchas veces por fuera muestran una capa y por dentro tienen otra totalmente distinta, es decir, parecen no sentir tristeza cuando la realidad es bien distinta y si que la sienten. Esto es debido a la falta de diálogo, a la falta de afecto y la soledad subjetiva, el mal uso de la soledad). Qué pena que muchas veces se tenga este concepto de unas personas que han dado tanto por nosotros y que nosotros mismos les hacemos ser vulnerables.
Es cuanto a la legislación
, señalar que a nivel mundial el colectivo de personas mayores queda amparado en la Declaración de los Derechos Humanos, aunque no especifica sectores. Y a nivel nacional, se compromete el gobierno a proporcionar protección, derecho s, dignidad y participación a este sector, además de contribuir con ayudas económicas (art.50)
En cuanto a la intervención, recalcar que debe ser tratada desde la pluralidad. Es imprescindible fomentar la participación y fomentar la autoeficiencia y el crecimiento activo y saludable (Educación para la Salud). Se habla de sociedad para todas las edades, pero nos encontramos con una realidad adversa. No se buscan centros de día o residencias, sino voluntariado, investigación o participación. Es este caso EEUU nos llevan ventaja apostando por propuestas mucho más participativas para las personas mayores, teniéndoles en mayor estima. Para esta adecuada intervención se hace mención a la educación social en su conjunto, más concretamente:
Al lío. Después de discusiones y veredictos, el grupo de la otra clase fue el asignado para exponer ese día, por lo que las compañeras de nuestro grupo que llevaban preparado el tema de inmigración quedaban relegadas a la semana siguiente. Su temática giraba en torno a las personas mayores, y escogieron una dinámica a lo largo de la exposición diferente a las exposiciones anteriores. Simularon un telediario, y los compañeros (presentadores) iban dando paso a los videos que tenían preparados por ellos mismos como si fuesen reporteros. Me parece una forma amena de exponer, pero para un rato, puesto que el audio no es que fuese de lo mejorcito, y en ocasiones costaba entender lo que decían, pero tampoco quiero desmerecer ni mucho menos el trabajo porque la verdad es que estaba bastante currado, y fue divertido verles a pesar de tener que agudizar la oreja durante toda la exposición.
Contaron con la colaboración de otros compañeros de su grupo para participar en los videos, y ellos mismos nos hablaron sobre los prejuicios que hay en torno a las personas mayores, los cuales tanto hemos comentado en varias ocasiones, sobre todo aquellos que tuvimos la optativa de Psicología de la Vejez en el primer cuatrimestre (viejos, inútiles, poco eficientes y prácticos, deshechos…). Tras esto, nos mostraron un corto que reflejaba este contenido: trataba sobre una señora mayor que de joven era famosa y rica; ahora su familia vive a costa de su dinero y ella está metida en una residencia). Es un tópico que se da, pero ya daré mi opinión al respecto un poco más adelante.
Es importante tener en cuenta que en un futuro cercano el número de mayores se duplicará, lo que contradice con el concepto negativo que erróneamente han adoptado algunas personas. Aunque se está progresando, aún se dan muchos contextos de marginación, y ellos mismos lo saben o peor aún, ellos mismos se creen una mala imagen sobre ellos mismos. Esto se nos mostró en un corto tristísimo que la verdad, me puso mal cuerpo al ver: “Para la sociedad no somos importantes”, “nadie se acuerda de mí”, “jóvenes como yo un día caminan al otro lado de la verja; al otro lado de la verja está la vida, en este lado lo que la sociedad no quiere”. No me gustaría volver a verlo.
Tratan las causas de la marginación refiriéndose al aislamiento social de las personas mayores, los factores especiales psicológicos o de salud, las variaciones del ciclo vital (muerte de conocidos) o que ellos mismos se vean personas estigmatizadas. Son personas que muchas veces por fuera muestran una capa y por dentro tienen otra totalmente distinta, es decir, parecen no sentir tristeza cuando la realidad es bien distinta y si que la sienten. Esto es debido a la falta de diálogo, a la falta de afecto y la soledad subjetiva, el mal uso de la soledad). Qué pena que muchas veces se tenga este concepto de unas personas que han dado tanto por nosotros y que nosotros mismos les hacemos ser vulnerables.
Es cuanto a la legislación
, señalar que a nivel mundial el colectivo de personas mayores queda amparado en la Declaración de los Derechos Humanos, aunque no especifica sectores. Y a nivel nacional, se compromete el gobierno a proporcionar protección, derecho s, dignidad y participación a este sector, además de contribuir con ayudas económicas (art.50)En cuanto a la intervención, recalcar que debe ser tratada desde la pluralidad. Es imprescindible fomentar la participación y fomentar la autoeficiencia y el crecimiento activo y saludable (Educación para la Salud). Se habla de sociedad para todas las edades, pero nos encontramos con una realidad adversa. No se buscan centros de día o residencias, sino voluntariado, investigación o participación. Es este caso EEUU nos llevan ventaja apostando por propuestas mucho más participativas para las personas mayores, teniéndoles en mayor estima. Para esta adecuada intervención se hace mención a la educación social en su conjunto, más concretamente:
- Educación especializada. “Termalismo Social” . Se trata de un proyecto del Inmerso para mejorar su bienestar (balnearios, centros termales).
- La Animación sociocultural fomenta el voluntariado, el envejecimiento activo y saludable. Se da el caso de personas mayores voluntarias que enseñan a menores reclusos el uso de las nuevas tecnologías, haciéndoles sentir útiles y no personas pasivas y excluidas; “todos aprendemos los unos de los otros. Está presente el compañerismo y hay una relación de confianza, de padres-hijos”. ¡Esto sí que es una buena idea!
- La Educación Permanente presenta un programa formativo para aprendizaje en las personas mayores en universidades o en pueblos, lo que sería un aula para mayores.
Tras esto, quisieron tocarnos la fibra con el famoso anuncio de CocaCola, mi preferido desde que lo vi, veo imposible que pueda no gustarle a alguien, y refleja perfectamente la belleza de la vida en cada etapa. PeRFectO!
En cuanto a la iniciativa social, lo cierto es que las asociaciones están más desarrolladas que el gobierno. Más concretamente, la Caixa y la Cruz Roja son las asociaciones más importantes en España fomentando el crecimiento activo y la imagen positiva de este colectivo (como debe ser), atendiendo por otro lado a personas dependientes y sus familiares.
Por todo ello, la educación social debe fomentar los sentimientos positivos en torno a ellos, hacer que se sientan útiles, vivos y activos, que ellos mismos sean los protagonistas de su vida. Deben valorar y potenciar el envejecimiento activo, trabajar en la ley de la dependencia y reeducar a la sociedad de una forma interdisciplinar y multidisciplinar.
Tras esto finalizaron con unos graciosos fragmentos de tomas falsas concluyendo así “Telemayor”, sin antes soltar dos preguntas para incentivar a la clase a dar su opinión: ¿Por qué se considera que las personas mayores están excluidas en la actualidad? ¿Qué intervenciones podrían paliar la marginación de las personas mayores?
Todo gira en torno a la educación. No sé exactamente el porqué ha evolucionado tan negativamente la imagen que la sociedad tiene sobre este colectivo, pero sin duda es algo que debe recuperarse. Personalmente, recuerdo que la mejor profesora que he tenido nunca, la de Lengua y Literatura, me dijo en el colegio que disfrutase de mis abuelos mientras pudiese. No necesitaba que me lo dijese para saber que mis abuelos son de los más especial que he tenido nunca, sino lo que más. Siempre he estado (y estoy) muy unida a ellos. Esas palabras se me quedaron grabadas en mi cabeza, y respecto a ellos sólo me sale el deseo de darles todo el cariño y hacer todo lo que pueda por ellos, y lo hago felizmente y encantada. Por eso no entiendo que se den casos de desprecio o infravaloración hacia ellos, cuando deberíamos tenerlos en un pedestal. Todo lo que tenemos es gracias a ellos, y debemos darle no todo, sino más. No concibo la idea de meter a una persona mayor en una residencia porque sí, es que no, no lo concibo, pero no debemos confundirnos en una cosa. No debemos asociar una imagen negativa a las residencias, porque son un recurso importantísimo para muchas familias. El hecho de dejar a una persona interna en una residencia me molesta que sea relacionado con el abandono, cuando hay casos en los que no queda más remedio. Mucho más doloroso es para la persona que debe tomar esa decisión porque no se ve capacitada para hacerse cargo de una persona dependiente en un momento determinado, como para que encima se le juzgue por ello. Como bien sabemos, el rol de la mujer ha cambiado, y a veces la conciliación familiar con la laboral no es posible, recurriendo a recursos institucionales como estos para cuidarles cuando ellos mismos no pueden hacerlo. Desde luego, que en estas residencias estarán mucho mejor atendidos cuando la propia familia no se ve capacitada para hacerlo, y nosotros como futuros profesionales en este campo de trabajo deberíamos defender y garantizar esto. Yo desde luego que con el cariño que tengo de ante mano a estas personas, sin duda pondría la mano en el fuego por intentar que esto fuese así.
A modo anecdótico, en el cuatrimestre pasado fui con mi amiga Lucre a un colegio de Santander a contar un cuento que nos inventamos a niños de cinco años, en el que quisimos reflejar la figura del abuelo como aventurero, que viaja mucho, divertido y activo. Después de contarles el cuento les preguntamos si sus abuelos eran como el abuelo del cuento que acabábamos de contarles. Ellos nos contestaron con que sus abuelos eran los mejores porque les ayudaban con los deberes, les daban turrón, ponían con ellos el árbol de navidad y les dejaban acostarse más tarde por las noches.
Por ello, no debemos de olvidar que todos formamos parte del ciclo de la vida (no tranquilos, no voy a ponerme a argumentar un guión sacado del Rey León), y que un día llegaremos a viejos, ancianos, mayores, o como queramos llamarlo, y no me da pena ni miedo el pensarlo, porque me parece otra etapa preciosa de la vida que debemos proclamar, proteger y que no debemos olvidar nunca, porque ellos nunca nos olvidaron ni nos olvidan a nosotros. No perdamos esa inocencia de los niños, porque son los que más se ajustan no a lo que es, sino a lo que debería ser, y será.
Por todo ello, la educación social debe fomentar los sentimientos positivos en torno a ellos, hacer que se sientan útiles, vivos y activos, que ellos mismos sean los protagonistas de su vida. Deben valorar y potenciar el envejecimiento activo, trabajar en la ley de la dependencia y reeducar a la sociedad de una forma interdisciplinar y multidisciplinar.
Tras esto finalizaron con unos graciosos fragmentos de tomas falsas concluyendo así “Telemayor”, sin antes soltar dos preguntas para incentivar a la clase a dar su opinión: ¿Por qué se considera que las personas mayores están excluidas en la actualidad? ¿Qué intervenciones podrían paliar la marginación de las personas mayores?
Todo gira en torno a la educación. No sé exactamente el porqué ha evolucionado tan negativamente la imagen que la sociedad tiene sobre este colectivo, pero sin duda es algo que debe recuperarse. Personalmente, recuerdo que la mejor profesora que he tenido nunca, la de Lengua y Literatura, me dijo en el colegio que disfrutase de mis abuelos mientras pudiese. No necesitaba que me lo dijese para saber que mis abuelos son de los más especial que he tenido nunca, sino lo que más. Siempre he estado (y estoy) muy unida a ellos. Esas palabras se me quedaron grabadas en mi cabeza, y respecto a ellos sólo me sale el deseo de darles todo el cariño y hacer todo lo que pueda por ellos, y lo hago felizmente y encantada. Por eso no entiendo que se den casos de desprecio o infravaloración hacia ellos, cuando deberíamos tenerlos en un pedestal. Todo lo que tenemos es gracias a ellos, y debemos darle no todo, sino más. No concibo la idea de meter a una persona mayor en una residencia porque sí, es que no, no lo concibo, pero no debemos confundirnos en una cosa. No debemos asociar una imagen negativa a las residencias, porque son un recurso importantísimo para muchas familias. El hecho de dejar a una persona interna en una residencia me molesta que sea relacionado con el abandono, cuando hay casos en los que no queda más remedio. Mucho más doloroso es para la persona que debe tomar esa decisión porque no se ve capacitada para hacerse cargo de una persona dependiente en un momento determinado, como para que encima se le juzgue por ello. Como bien sabemos, el rol de la mujer ha cambiado, y a veces la conciliación familiar con la laboral no es posible, recurriendo a recursos institucionales como estos para cuidarles cuando ellos mismos no pueden hacerlo. Desde luego, que en estas residencias estarán mucho mejor atendidos cuando la propia familia no se ve capacitada para hacerlo, y nosotros como futuros profesionales en este campo de trabajo deberíamos defender y garantizar esto. Yo desde luego que con el cariño que tengo de ante mano a estas personas, sin duda pondría la mano en el fuego por intentar que esto fuese así.
A modo anecdótico, en el cuatrimestre pasado fui con mi amiga Lucre a un colegio de Santander a contar un cuento que nos inventamos a niños de cinco años, en el que quisimos reflejar la figura del abuelo como aventurero, que viaja mucho, divertido y activo. Después de contarles el cuento les preguntamos si sus abuelos eran como el abuelo del cuento que acabábamos de contarles. Ellos nos contestaron con que sus abuelos eran los mejores porque les ayudaban con los deberes, les daban turrón, ponían con ellos el árbol de navidad y les dejaban acostarse más tarde por las noches.
Por ello, no debemos de olvidar que todos formamos parte del ciclo de la vida (no tranquilos, no voy a ponerme a argumentar un guión sacado del Rey León), y que un día llegaremos a viejos, ancianos, mayores, o como queramos llamarlo, y no me da pena ni miedo el pensarlo, porque me parece otra etapa preciosa de la vida que debemos proclamar, proteger y que no debemos olvidar nunca, porque ellos nunca nos olvidaron ni nos olvidan a nosotros. No perdamos esa inocencia de los niños, porque son los que más se ajustan no a lo que es, sino a lo que debería ser, y será.
[Estás Aquí, para seR Feliz*] UnSaludO*
Muy bien en las entradas, creo que les das el tono adecuado. Se te ve el plumero cuando te "toca" un colectivo o tema, pero eso está muy bien es lo que hace tu blog diferente al de los otros compañeros.
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